Las escuelas francesas recuperan, tras un siglo, la enseñanza de la Religión
J. P. Quñonero. Corresponsal
Al final de un infome oficial, Régis Debray, antiguo compañero del Che Guevara, aconseja a Jack Lang, ministro de Educación socialista que ha aceptado el proyecto, «la reintroducción de la enseñanza del hecho religioso» en la escuela pública, laica y republicana, como elemento de formación indispensable, «en tanto que es la prolongación de todas las enseñanzas fundamentales».
París. En Francia, la escuela pública, laica y republicana, data de un decreto de Jules Ferry del 23 de marzo de 1882. Ciento veinte años después, un ministro socialista y un militante histórico de muchas de las causas de la izquierda anti-globalización, propone la reintroducción de la enseñanza pública «del hecho religioso», estimando que la religión y su proyección en la historia, la geografía y la cultura son una parte decisiva de la vida humana. Régis Debray resume de esta manera las conclusiones de su informe dirigido al ministro de educación: «No es posible entender la gran pintura renacentista, si no se conoce la historia de José, María, y su hijo, Jesús. Alguien que visite un gran museo, no sabrá qué está contemplando delante de un San Sebastián: ¿se trata de un cow-boy acribillado de flechas indias? Para comprender un Magnificat de Bach, o un Te Deum, hay que saber qué es y en qué consiste la misa... ». Debray continúa: «El estudio del hecho religioso no es más que la prolongación de las enseñanzas fundamentales. Un medio, como otro, de conocernos mejor. En otro terreno, por entrar en el terreno de la actualidad más dramática, la geografía y los conflictos contemporáneos son incomprensibles sin el conocimiento de la expansión y el lugar de las religiones en el espacio y la geografía política».
Enseñanza de lo religioso
Sentando el principio del carácter «indispensable» del conocimiento del «hecho religioso», a su modo de ver, para entender y comprender nuestra vida moral, Débray establece una distinción entre «enseñanza de lo religioso y enseñanza de la religión». A su modo de ver, la escuela pública francesa «puede y debe enriquecerse enseñando el hecho religioso, con profesores especialmente formados, pero descartando el adoctrinamiento religioso y los catecismos de cada confesión».
Régis Debray publicó hace semanas un libro muy voluminoso, «Dios, un itinerario», en el que reconstruye la historia de los hombres de nuestra civilización con distintas confesiones religiosas, adoptando un tono estrictamente «clínico», sin tomar partido, pero insistiendo en la importancia capital de las religiones en la historia moral y espiritual del hombre. Antes de escribir ese libro, Jack Lang, ministro de educación, ex-ministro de Cultura, había encargado a Debray un informe, personal, oficioso, evaluando la importancia de la religión en la enseñanza pública. Ese es el informe que se hará público, con esta conclusión: es aconsejable la reintroducción del estudio del «hecho religioso» en la escuela laica y republicana.
Lang considera muy positivo el informe Debray, y se dispone a tomar las primeras medidas en ese terreno: formar a profesores que pudieran reintroducir la Religión en las escuelas públicas francesas, de donde han estado ausentes desde el decreto de Jules Ferry del mes de marzo de 1882. Con muchos matices y un calendario imprevisible.
Un proyecto sin precedentes
Régis Debray y Jack Lang hacen público el proyecto a cuarenta días de un posible cambio en la presidencia de la República, previo a unas elecciones generales que deben celebrarse antes del verano. Ante esa realidad inmediata, Debray comenta: «Se trata de un proyecto de fondo, en el terreno de las cosas fundamentales. No veo qué diferencias pueden existir, en ese terreno, entre la izquierda y la derecha. Ningún gobierno, de ninguna tendencia, debiera frenar este proyecto». De entrada, Jack Lang ha puesto en marcha las primeras medidas previas: dar créditos para formar profesores capaces de explicar, en la escuela, el hecho religioso (católico, judío, musulmán, budista), respetando todas las convicciones personales. A partir de ese primer paso, el nuevo o el mismo gobierno que salga de las próximas elecciones debiera acelerar o frenar un proyecto sin precedentes en la historia de la cultura y la escuela francesa desde 1882.
Artículo publicado en el diario «ABC» de Madrid el 19 de marzo de 2002